domingo, junio 12, 2011

Cabaret, el musical, Santiago Chile



“Wilkommen, Bienvenue, Bienvenidos…Amigos desconocidos
Im cabaret, au cabaret, al Cabaret.
¡Dejen sus problemas afuera! ¡Aquí nada es un problema!
¡Aquí la vida es bella! ¡Las chicas son bellas! ¡Hasta la orquesta es bella!”


El viernes 10 de junio tuve por fin la oportunidad de presenciar "Cabaret", El Musical, aquí en Santiago, en el Teatro Municipal de las Condes. Yo lo vi anteriormente el año 1999, en la reposición de Sam Mendes en el Studio 54, Broadway NYC y en el 2007, el montaje en Buenos Aires. Cabaret es un musical con texto de Joe Masteroff, música de Joe Kander y letras de Fred Ebb. El montaje en Chile cuenta con la traducción y adaptación de Enrique Inda.

Esta vez tuve una inmejorable ubicación, justo al medio de la primera fila de la platea que seguía a un par de filas con mesitas, al estilo cabaret que iban sobre el foso de la orquesta, que se situó atrás sobre el escenario. El teatro, dicen el más moderno de latino américa tiene una pendiente tal que desde cualquier ubicación nadie tapa la visión.

Debo decir que disfruté de la puesta en escena, de la coreografía, de las canciones que conocía tanto (es uno de mis musicales preferidos) y de las actuaciones como si estuviera viendo la obra por primera vez.


La historia se desarrolla en el año 1931 en el Kit Kat Club, un night club en Berlín donde la joven cantante inglesa Sally Bowles (Daniela Lhorente) y Emecé (Francisco Medina), el exuberante maestro de ceremonias, junto a las "chicas" y "chicos" del Club intentan llevar alegría y esperanza a la vida de los visitantes que llegan de toda Europa atraídos por la fama de este singular cabaret.
Entre estos visitantes se encuentra Cliff (Matías Oviedo), el atractivo escritor americano, bisexual? que se enamora de Sally. También se desarrolla una historia de amor entre la casera Fräulein Schneider(Cecilia Cucurella) y el judío Herr Schultz(Humberto Gallardo), y cruzan la historia otros personajes como el simpatizante nazi Ernst Ludwig(César Sepúlveda), la prostituta Fráulein Kost (Lorene Prieto) y los marineros que la asedian como Bobby (Daniel González). A través de todos ellos, se deja entrever la sensación del pueblo alemán entrando en un momento crítico como el del poderío nazi y la necesidad de un lugar donde se pretende evadir toda realidad.

Quizás lo único que podría criticar, aunque respeto la idea de innovar, es que las chicas del Kit Kat Club no estuvieran en el lugar en que se ubicaron los músicos de la orquesta, sobre el escenario, como lo vi en NYC y en Buenos Aires, salvo algunas pocas ocasiones en que los personajes ocupan ese lugar entre los músicos y que tuvieran un aspecto demasiado luminoso y demasiado sonriente, al revés de las decadentes bailarinas de los montajes que yo había presenciado y que daban la idea de un mucho más oscuro cabaret. Me gustó mucho la actuación del Emecé, que incluso se mezcló con el público, muy luminoso al inicio, tal vez mostrando la diferencia en esta parte de la historia de Berlín en contraposición con el período en que ya está entrando en la era nazi y que quizás también justifica el aspecto y actuación que se les imprimió a las bailarinas como ya dije. Igualmente me sorprendió Daniela Lhorente en su rol de Sally Bowles y por último destaco también a Cecilia Cucurella, una extraordinaria Fräulein Schneider.

Como sea, gocé con el espectáculo, lo encontré buenísimo y me alegro que ya Chile esté entrando de lleno nuevamente en la producción de musicales en lo que se había quedado muy atrás.

Sólo encontré este video en youtube, que no refleja muy bien lo que se ve en el escenario. El ángulo no lo favorece para nada, pero al menos es un registro que me va a permitir recordarlo.