Uno de los hitos de la historia del teatro chileno de la segunda mitad del siglo XX es, sin dudas, La pérgola de las flores. Escrita por Isidora Aguirre y musicalizada por Francisco Flores del Campo, presentó una trama que desplegó un heterogénero retrato de la identidad urbana del Chile de las primeras décadas del siglo XX, situado en un determinado contexto histórico, con una contemporánea reflexión de contenido social. Musicalmente hablando, integró ritmos en boga y melodías de la música tradicional. Se suceden, así, ritmos como el charleston, vals -como “Yo vengo de San Rosendo” o “Campo lindo”-, cuecas -“La revuelta”-, un tango-habanera -“Je suis Pierre”- y tonadas -“Tonada de medianoche”-.
Bajo el estilo de comedia musical, fue una obra dirigida al público masivo, fácil de percibir, con melodías simples y pegajosas, y personajes reconocibles desde lo cotidiano.
Montada por el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica (TEUC), se estrenó en 1960, transformándose en breve tiempo en un verdadero fenómeno de cultura popular masiva. Ocupó todos los espacios que los medios de comunicación ofrecían en aquél tiempo, transformando así, imagen y sonido en un verdadero fenómeno cultural.
Fue, asimismo, una de las primeras obras de música chilena que tuvo reconocimiento internacional. Al poco tiempo del estreno, sus presentaciones en el extranjero se transformaron en una efectiva muestra de las tradiciones sociales y musicales chilenas. (Del portal memoriachilena.cl)
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